La educación en Suramérica ha alcanzado bajos índices de calidad en los últimos años. Descubre en este artículo cuáles son las principales carencias de estudio que estos países poseen y qué medidas se están implementando para la salir de la crisis educativa. Todo esto aquí y más.

Educación en Suramérica

Esta se ha caracterizado en los últimos años por no contar con programas suficientemente idóneos para los estudiantes del continente. Los países se unen y realizan sus mayores esfuerzos para lograr optimizar sus clases, centros educativos y proporcionar maestros con suficiente experiencia para enseñar.

Según las estadísticas, algunos de los países de Sudamérica cuentan con una educación pobre: más del 30% de los niños no dominan la lectura ni poseen conocimientos matemáticos e históricos suficientes.

Debido a esto, se ha declarado una crisis educativa y los gobiernos han desarrollado talleres y cursos para fomentar los nuevos planteamientos que implementarán los institutos en la próxima década.

Sin embargo, el territorio suramericano cuenta con algunos países con mayor desarrollo. Colombia ha generado un índice lo suficientemente alto, contando con una excelente educación primaria y básica para 2018. Además, Chile y Uruguay obtuvieron una buena puntuación en las pruebas PISA, donde se evaluaron habilidades matemáticas, de lectura y científicas.

Por otro lado, Argentina y Brasil registraron un índice deficiente del 47% en aspectos matemáticos y geográficos, muy por debajo de lo aceptado.

¿De cuáles aspectos carece la educación en Sudamérica?

El bajo desempeño de la educación en Sudamérica se debe a la ausencia de estrategias y gestión correcta de los recursos y programas en todos los niveles de la misma.

Una de las principales carencias se ubica en la disponibilidad de recursos económicos de las familias, muchas de las cuales condicionan el acceso a la educación de los niños, quienes deben trabajar desde muy jóvenes.

Además, existen maestros que no cuentan con buena capacitación y los contenidos que deben dictar a los estudiantes no brindan los conocimientos esperados.

Los bajos porcentajes de desempeño en lectura, matemática, ciencias e historia, abren una profunda brecha entre lo que se espera de los niños y la adecuación de los programas educativos a la realidad del nuevo milenio.

Planes para mejorar la educación

Los países de Sudamérica han implementado nuevos planes de estudios, con el fin de mejorar su estructura educativa y brindar buenos conocimientos para todas las personas del continente.

Entre los planes está brindar accesibilidad de los niños a la educación del siglo XXI y aprovechar las ventajas de las Tecnologías de la Información,  para dotar a los estudiantes de herramientas adecuadas para responder satisfactoriamente a las exigencias del mundo globalizado.

Además, se están llevando a cabo talleres de formación para los maestros, con el fin de gestionar nuevas maneras de dar clases, de forma fácil y productiva, para que los adolescentes puedan comprender la vinculación entre los contenidos y su realidad social.

Los nuevos programas educativos imponen que la educación a los niños debe ser constante y complementarse con las en áreas motoras y lingüísticas. Es importante que los adolescentes sepan comunicarse, hablar en público y expresar sus ideas.

¿Qué países de Sudamérica cuentan con la mejor educación?

La mejor educación es ostentada por Chile, este país posee buenas técnicas y programas formativos alineados con la dinámica política, social y económica del país y de la región.

Uruguay, Ecuador y Colombia también se perfilan con excelente calidad en la educación, lo que pone a estos países como ejemplos a seguir por las demás naciones.

Venezuela, que en el pasado gozó de una excelente educación, actualmente atraviesa por una severa crisis educativa, al igual que Argentina y Brasil.

En los últimos reportes, se ha demostrado que se necesitan mínimo 10 años para que la educación en Sudamérica alcance el nivel de excelencia que se requiere. No obstante, es necesario el compromiso de los gobiernos, educadores y las propias familias.